La huella de carbono es una manera simple de medir el impacto o la marca que deja una persona sobre el planeta en su vida diaria. Este proceso tiene como finalidad medir las emisiones de dióxido de carbono (CO2), que son liberadas a la atmósfera debido a nuestras actividades cotidianas o a la comercialización de un producto. Por lo tanto, la huella de carbono es la medida del impacto que provocan las actividades del ser humano en el medio ambiente y se determina según la cantidad de emisiones de GEI producidos, medidos en unidades de dióxido de carbono equivalente.
Este proceso conlleva todas las actividades del ciclo de vida de un producto (desde que se adquieren las materias primas hasta su gestión como residuo) permitiendo a los consumidores decidir qué alimentos comprar en base a la contaminación generada como resultado de los procesos por los que ha pasado.